Mi sombra ruega por una pilita, un sake de tusi, un pito de marihuana.
el día a día es normal para mí, pero para mi sombra es un abismo de aburrimiento sin estupefacientes de consumo. yo me comprometí a enseñarle que la vida es posible sin consumir.
el día a día es aburrido porque yo no hallo en que divertirme más que en enclonarme, que día a día trato de dejar. abandonar más y más las benzodiacepinas.
pero ella me acompaña a todas partes, esta sombra inagotable. me intenta decir que escribir y qué relatar sobre nuestra vida juntas. mi sombra Constanza, que compartimos el mismo tamaño de sostén y de talla de zapatos. compartimos el mismo trastorno sicótico. las mismas ganas de prostituirnos para ganar plata.
es alta como yo, tiene el pelo crespo como yo. la conocí en el hospital y por algún motivo decidí hacerme cargo de ella.
el cigarro no la llena, el sexo no la llena, solo la droga y el alcohol.
yo he llegado a las lágrimas poniéndole límites y entendí a todos quienes han tratado de cuidar de mí.
supongo que en mi inteligencia la escogí para lidiar con su ansiedad y aprender a darme cuenta de lo que soy. de ver mis propios errores.
la coni es linda y blanca, sus ojos son grandes, y aparentemente es inteligente, pero yo no sé si tengo la fuerza para sostenerla. es una sombra implacable, insaciable. lo más sensato es dejarla ser libre y caer en lo más bajo que puede caer alguien, dejarla tocar fondo, supongo que lo más fácil para el resto es dejarme ser y morir en mi drogadicción.
mi bella sombra, que me sigue a todas partes, hace que me duela la garganta de fumar tanto cigarro.
hace que no quiera tener hijos jamás. porque es mi espejo y todo lo que he hecho yo ella lo imita, y me doy cuenta de mis propios errores. aquellos que no quiero volver a cometer nunca.
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